Los 18 hoyos diseñados por Franco Piras se extienden sobre dos grandes valles, cada uno con un lago que hace que el golf sea más interesante. El curso se combina perfectamente con la reserva natural, el mar y la isla de Malta en el horizonte.
Las calles están rodeadas de zonas renaturalizadas que las acarician y destacan sus formas, añadiendo colores y fragancias que cambian a través de las estaciones, recreando la atmósfera original de cada lugar. Un pino marítimo enorme es el único árbol en el curso donde los bunkers grandes definen los fairways. El curso es como un enlace, a excepción de la presencia de los dos grandes lagos artificiales que sirven como reservas de riego y oasis para las aves migratorias. De hecho muchas especies encuentran y vuelven a su hábitat natural aquí.
El curso está muy expuesto al viento dominante desde el mar y tiene múltiples tees para cada hoyo para cambiar el rumbo de un día a otro. Una de las características del recorrido son sus acercamientos verdes y collares en agrostis hasta los montículos que rodean los greens, acentuando así las características de los enlaces. El paisaje con pendientes suaves oculta a los jugadores detrás de los montículos, cortándolos del resto del curso, y después les proporciona las vistas increíbles de el y del mar. "